miércoles, 7 de mayo de 2025

Concierto Bar Surtidor (Zarautz)

RockAndRoll, la mejor gasolina del Surti

Jeni nos había colado para mayo entre la multitud de grupos que esperan tocar en el bar Surtidor de Zarautz. Allí habíamos presentado nuestro ‘2020ados’, el primer disco del proyecto MingoFisuras, y ahora, casi tres años después queríamos hacer lo mismo con nuestro tercer álbum, ‘La fiesta es aquí’. La temperatura del nuevo repertorio ya la teníamos tomada tras el bolo del Ganbara de Andoain, pero cada escenario pide su concierto y en éste, en el que todos los meses pasa un grupo, el reto y la motivación era especialmente elevada.



El sábado 3 de mayo salió con un sol limpio y generoso. La temperatura era ideal para terracear y rockandrollear, para dejarse llevar por las olas de la fiesta que proponíamos en el bar de la gasolinera más marchosa de Zarautz, el Surti. Los prolegómenos marcharon como la seda. A las 16.30 en el local para cargar tranquilamente el material y estar con Nagore y su batería a las 18.00 montando el tinglado. Todo fue en el orden y ritmo planeado. Así, para las 19.30, una hora antes de que estuviera anunciado el concierto, ya nos permitíamos el lujo de salir a charlar, con unas cañas en la mano, con los fans más madrugadores. Teníamos idea de mantener el mismo repertorio del Ganbara, nos daba confianza y tan solo nos rondaba la duda de si ese único ensayo del miércoles habría sido suficiente... Pronto nos daríamos cuenta de que nunca viene mal un ensayo de más y que no es bueno ensayar de una manera y hacer el directo de otra.


Esa sensación de tener ciertas cosas con pinzas comenzó con un inicio de concierto caótico. Una presentación/brindis mal diseñado desde el comienzo, en el que Fernan, sin su ampli y con cascos prestados, comenzó y Mingo no le siguió, en el que la letra comenzó a irse de madre y llegó a estar sin ningún tipo de control… eso y más cosas llevaron a que ‘La herida se abrió’ comenzase anárquica, precipitada, con la batería y los instrumentos entrando antes de tiempo, como queriendo tapar la palpable inseguridad con el velo del descontrol. Tampoco se calmó la banda con ‘Hermosa ingenuidad’. Evidenció algo que ya se pudo apreciar en Andoain: que el comienzo de este nuevo repertorio está todavía cogido con pinzas. Y para dejar más desconcierto en el aire, fallaba la tecnología liberadora en la guitarra de Fisuras y la primera cuerda de la guitarra de Mingo saltaba por los aires, y ya no fue ni cambiada ni sustituida en todo el concierto.




Pero todo cambió en cuanto la banda entró en terreno conocido. ‘Se apagaron las luces del bar’ inició la conexión de MingoFisuras con un público que quería acercarse pero que, hasta ese momento, no había podido más que poner gesto de un lógico desencanto. ‘Charly y Laura’ tiró un poco más de ese cuerda con la gente y ya los aplausos comenzaban a sentirse sinceros y los rostros comenzaban a dibujar gestos de disfrute. ‘Cerca o lejos’ sonó bonita, quizá con más velocidad de lo ensayado, pero instintivamente la banda no quería bajar el voltaje que iba logrando después de ese inició tan nefasto. El motor comenzaba a rular. ‘Ahora podré olvidarte’ tuvo que pararse por una disparidad entre los repertorios de Cami-Nagore y los de los demás. Solucionada la confusión, la canción, más rockerizada que nunca, conectó con lo que pedía la gente. La primera fila, con caras conocidas y desconocidas, comenzaba a liberarse del famoso ‘plomo en los pies’ que hace famosos a los giputxis. ‘Los caprichos del ayer’ volvió a dejar claro la escasez de ensayos, aunque también evidenció las muchas tablas del grupo para minimizar fallos clamorosos y salvar lo insalvable. El primer clímax de la noche se conseguía con la divertida tríada ‘Allí naciste tú’; probablemente la canción que suena con más potencia y seguridad de todo el repertorio, habiendo encontrado la medida ideal en su ritmo, velocidad y melodía y arreglos a lo spaguetti wester; ‘El aburrido paraíso terrenal’, con el divertido estribillo que hace cómplices en las gargantas de todos los presentes y la complicada, por su endiablada velocidad, ‘Mísero corazón’. Tras este bloque, con el que se llegaba a la mitad de concierto, la fiesta ya estaba servida y el Surti bailaba y cantaba sin vergüenzas y sin reservas. 



Olvidé’ fue la balada que aplacó los pies y agudizó los oídos. Después, como en un camino de repechos y bajadas, sonó poderosa y setentera ‘La suerte está de mi lado’ y volvió a flojear ‘Trozos de un alma rota’. La bossa ‘De nuevo el sol’ fue precipitada (las canciones que presentan mayor dificultad tienden a la aceleración… ¿quizá las ganas de acabar pronto con la incertidumbre?) y fue el country alegre ‘Labios de madrugada’, con la animosa participación de Jokano, que compartió micrófono con Mingo, la que volvió a reiniciar la sintonía con la gente, que ya no dejó de bailar y cantar. 



La gasolina del Surtidor que elevó su octanaje y logró poner a doscientos por hora a todo el bar se llama RockAndRoll. Tras las dos ‘Fiestas’ (la del skatalítico y afrancesado ‘Fiesta en el Rojo’ y la del abrasador y endemoniado funky ‘La fiesta es aquí’), llegó el rock rollingstoniano de ´Te vi caminar’, con un final delirante en el que Cami y Mingo se arrodillaban y rendían pleitesía a la guitarra de Fisuras y que éste empalmaba con la no menos guitarrera ‘Tú decides’. 






El final, con ‘Dónde está ese tipo’, conseguía dejar al numeroso público que llenaba el bar con más ganas de rockandroll y fiesta. No tuvo que esperar demasiado, de hecho, nadie de la banda llegó a abandonar la alfombra que servía de confortable tarima. ‘No esperas nada’ tuvo los momentos de intensidad que requiere la canción y para los dos últimos el otro cañonazo en la recámara: ‘Si puedes o si quieres’ y ‘No bajes la guardia’, ambas poderosas en sus diferentes estilos del rock guitarrero, ambas contundentes en sus riffs y en sus ritmos. Y como las 24 canciones todavía dejaban a Fausto sin su ‘Sara’, Mingo le robó la guitarra a Fisuras para hacerle una versión de voz rota a la que, al final se le unió parte de la banda… Y como Jokano seguía ahí, con cara de deseo, ¿por qué no terminar con ‘Princesa Roja’ y la historia cubana de una pija neoyorkina o donostiarra o mismamente zarauztarra…?





Y así terminó la historia en el Surtidor, entre abrazos y sonrisas y palabras limpias y cervezas y la generosidad de Jeni prometiéndonos que desde ese mismo momento nos hacía ya hueco para el siguiente año en el nutrido grupo de fabricantes y consumidores de esa inmejorable gasolina llamada RockAndRoll. 



maiatza2025 Enrique Mingo

Concierto Bar Surtidor (Zarautz)

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