lunes, 26 de agosto de 2024

Concierto Camping de Acedo (Navarra)

Rock en el camping

Cami se encargó de conseguirnos un hueco en la programación musical veraniega del camping de Acedo. En esas tierras navarras, que ya nos dejaron el año pasado una excelente resaca tras el bolo de Ancín. Cami pasa medio verano entre parrillas, composiciones, y chapuzones piscinales.


El plan es sencillo: salir el mismo viernes tras la comida, hacer la hora y media que más o menos tenemos desde Donosti, tocar de 22.00 a 00.00 y terminar durmiendo en Artajona, donde Iñaki tiene una casa en la que, además de las ganas de juerga, sobran rincones y colchones en los que poder retirar nuestros huesos ajados tras la batalla festivo/musical en la que intentamos convertir nuestros conciertos. 

La furgo, cargada hasta las trancas y con lógicos y preocupantes achaques de la edad, se pone en marcha. Los altos de la Autovía de Leizaran se le hacen duros.

Vigilantes, Nagore y su amiga zugarramuarra Maialen (que por cierto nos obsequió con unos estupendos calabacines cosecha propia), guardan la espalda de la vieja Transit. Para las 18.00 horas hemos llegado…Fernan, el único que tiene que trabajar -en algo serio y remunerado-, llega a tiempo para montar ese imposible tetrix, el feudo inexpugnable en el que ha convertido sus teclado.

En un coqueto escenario, repetimos del diseño sonoro que venimos creando en cada bolo. A los costados de la batería de Nagore, los amplificadores crean un muro solido.


Nos damos prisa para dejar el tablado a una motivada animadora infantil a la que esperan decenas de críos alborotados. Arantxa ha gestionado una estupenda cena que nos da las pilas necesarias para las dos horas que pensamos estar tocando. Así que, a las diez de la noche en punto, ya con la noche encima y después de una prueba de sonido de media hora en la que nos echa una mano experta Ricard, el supercuñado catalán de Cami (que demuestra con cuatro toques en el bajo su gran nivel musical), el chapuzón de alguno que no olvidó el traje de baño, el riff de ‘Te vi caminar’ comienza el bolo.
Suena bien. El escenario es cómodo y el espacio vacío entre la banda y el público, que mayoritariamente está sentado en la terraza del bar, no se hace distante. El grupo está cómodo desde la primera canción y va, sin prisa, pero sin dejar silencios entre canción y canción, desnudando el repertorio en el orden diseñado. ‘Por el placer de verte caer’ y ‘Se apagaron las luces’ suenan solidas y en ‘Un puñado de canciones’ hay improvisaciones buscadas.

Charly y Laura’ todavía no suena como tiene que sonar. Con ‘Tina’ llega el medio tiempo más rollingstoniano y da paso a la primera parte festiva con ‘Caprichos del ayer’, ‘Ahora ya puedo olvidarte’, ‘Allí naciste tú’ y ‘El aburrido paraíso terrenal’.

Olvidé’ vuelve a ser la canción que da un primer respiro baladero y Nagore vuelve a hacerse dueña de la psicodélica ‘El álbum de mi memoria’ con sus finales punkys. La armónica vuelve a sonar en ‘Trozos de un alma rota’, que pasa de ser una canción ‘complicada’ a ser un tema que no deja dudas. La respuesta del público se siente como buena.

La noche acompaña con una temperatura muy agradable… porqué no una cañita más y así poder Inventar/escuchar unos ‘Labios de madrugada’, o quedarse en las dos ‘fiestas’ que llegan después. No nos atrevemos con ‘La tormenta’, no vaya a ser que despertemos a ‘la potra salvaje’ que golpea los tambores y la tengamos que volver a recoger empapada, bajo los relámpagos, por las carreteras vecinas. Los rockanroles de la casa ‘Si puedes o si quieres’ y ‘Quién es ese tipo’, cierran el concierto.

Los horarios del camping son claros y drásticos: para las doce no puede haber ningún tipo de ruido. El descanso de los campistas es sagrado. Por eso los bises no se hacen de rogar y suenan ‘No esperas nada’, ‘Tú decides’ y ‘Sin bajar la guardia’.
No da tiempo para más. Las 00.00 están a punto de dar y queremos volver al año que viene, así que lo mejor es agradecer a todo el mundo su presencia y pensar en la recogida y la cerveza que nos espera en el único bar abierto de Acedo….
Que luego ya vendrá la conga-ranchera de Artajona, los controles de la Foral, las cervezas con el alcalde de Zúñiga…

abuztu2024 Enrique Mingo

domingo, 11 de agosto de 2024

Concierto Mola Mola (Orio)

En el Mola Mola, el tuerto dejó de mirarnos

Teníamos la sensación en la banda de que un tuerto nos había mirado de la peor de las maneras. Los dos primeros conciertos del 2024 se habían suspendido por razones varias.

Teníamos la ilusión de probar un repertorio en el que había cuatro temas del ‘Sin bajar la guardia que iban a estrenarse por primera vez en directo (‘Ahora ya puedo olvidarte’, ‘Trozos de un alma rota’, ‘En medio de la tormenta’ y ‘No esperas nada’), así como tres nuevos temas de una nueva grabación que irá viendo la luz a la velocidad que la grabación de sus respectivos videoclips nos permita (‘Charly y Laura’, ‘Quién es ese tipo y ‘De nuevo el sol’). Un tercio del repertorio se reajustaba y teníamos ganas de ver cómo se funcionaba en el directo. Pero nos comíamos el mes de julio y no había nada hasta que, en un concierto de MOU, nos acercamos al Mola Mola, un garito de playa en Orio, de enorme terraza y afición a la música en vivo, donde Karmina hizo de manager para convencer a la argentina/oriotarra Ainhoa de que nos incluyera en su programa de conciertos. Y así se cerraba para el sábado 10 de agosto el que iba a ser el primer concierto del año. Juan nos hacía un cartel de amarillos muy oriotarra para la ocasión.


Salía un sábado soleado y caluroso. Un ensayo el miércoles antes nos reunía con Nagore para ajustar tiempos, entradas y finales que sabemos por experiencia que son inajustables porque, a esas alturas de la película, predomina el ‘que salga como sea’ y ‘que dios reparta suerte’. Así, para las 15.45 horas de ese 10 de agosto, todos en el local volvíamos a sentir ese gusanillo de la carga del equipo en la furgo, y para las 16.30 descargábamos y montábamos nuestro pequeño circo musical entre bañistas y terraceros de garito de playa profesionales. Tiempo más que suficiente para probar nuevo material sonoro (el subwoofer con el que podremos dar más salida a los bombos de Nagore y al bajo de Cami). Además, Nagore va a llevar cascos como monitor, así como Fernan, porque los monitores de suelo apenas alcanzan para que se oigan Fisuras y Mingo. El concierto estaba anunciado para las 19.30 y media hora antes ya habíamos testado el sonido de banda con la legendaria ‘Te vi caminar. A Algunos, como a Nagore y a Mingo, les da hasta para darse un chapuzón en un mar de olas juveniles.


La peña que ha prometido asistencia comienza a mostrar su silueta. Mucha gente nueva que implica un reto mayor, dejarles con un buen sabor de boca. Así que, lo primero, ser puntual y respetuoso con quien viene a verte. Y como si prolongásemos la prueba musical, vuelven a sonar los acordes de ‘Te vi caminar’, que con sus cerca de 30 años, sigue siendo un soporte identitario de nuestro rockanroll, un tema que nos da esa confianza en el sonido de banda, de los coros a cinco voces, de las guitarras afiladas. Los dos temas siguientes se mantienen de la estructura del repertorio anterior, ‘Por el placer de verte caer’ y ‘Se apagaron las luces del bar’. La respuesta de la gente es buena, aunque dentro se nota que es el primer concierto y que hay cosas nuevas a las que debemos acostumbrarnos. De todas formas también mostramos las tablas de muchos años haciendo música y que estas canciones son nuestras, hechas a nuestra medida. ‘Chary y Laura’ abre el bote de las novedades. Siento que le ha faltado el ritmo, la cadencia y las sutilezas que he escuchado en muchos ensayos. Con ‘Tina’ recobramos nuestro punch más rollingstoniano y con ‘Caprichos del ayer’ el primer segmento más bailable y divertido sumándose a la también novedosa ‘Ahora ya puedo olvidarte, que sale bastante bien para ser su estreno en el repertorio, y las ya asentadas ‘Allí naciste tú’ y ‘El aburrido paraíso terrenal, un caballo tendente a desbocarse y que, en esta ocasión, conseguimos controlar. 


Dos temas reconocibles en la parte calmada (‘Olvidé’ y ‘El álbum de mi memoria’, que ésta sí, se nos fue de velocidad) para dar paso a otro de los temas nuevos, ‘Trozos de un alma rota’, uno de los temas peligrosos que necesitaba de concentración y que pudimos dedicar a Juanjo y su devoción por la armónica. Con ‘Labios de madrugada’ comenzó la segunda parte bailable y divertida, con Karmina y Lola y Xabi y Rosaura y otras caras menos conocidas haciendo de la terraza una pista de baile ‘a lo suelto’ y a lo ‘a mi me da igual que me vean bailar’. La ‘Fiesta al Rojo y ‘La fiesta se acabó’ dieron, como sus nombre indican, todo el sentido a la fiesta que ya era evidente en el Mola Mola. No nos atrevimos con ‘En medio de la tormenta porque pensamos que nos era conveniente tentar a la suerte y a los fenómenos atmosféricos, entre los que Nagore se mueve como pez en el trueno. Para qué arriesgar si la tarde estaba siendo soleada y brillante. Así que pasamos directamente al rockanroll más guitarrero con ‘Si quieres o si puedes’ y la también inédita ‘Quién es ese tipo’, con el que cerrábamos el concierto. 18 temas con una intención de subida constante para no hacernos de rogar a la hora de los bises. 


El primer bis lo inauguró otra de las novedades, ‘No esperas nada’, un tema que en los ensayos se ha mostrado sólido y que en Orio sonó igualmente potente, incluso con la falta de atrevimiento en el final de voz. Otros dos rockanrolles, ‘Tú decides’ y el puñetazo ‘Sin bajar la guardia’ para acabar el primer bis que empalmábamos con la ‘Sara’ que ya es dedicatoria obligada a Fausto, y con Cami y Nagore bailando ante la intro de piano de Fernan y la armónica de Mingo, para estar en el momento preciso en su lugar para dar el apoyo de banda a la segunda parte de la canción. Con ‘Princesa roja’ acabábamos un concierto que abría la temporada y que había sorteado innumerables obstáculos previos.


Después los Molacoins se multiplicaron por arte de magia y se convertían en cañones y gintonics que refrescaban y relajaban un día intenso y caluroso. Y la templada noche se empapaba del sonido las cercanas olas y Ainhoa se despedía con efusivos abrazos y promesas de futuros proyectos y todos los nervioso e inseguridades, todos los problemas personales se quedaron por unas horas en el olvido y el pensamiento ya estaba puesto en Acedo, en el próximo bolo….  

abuztu2024 Enrique Mingo

Estreno video musical "Mísero corazón"