Entre rayos, chupitos y barbacoas
Que sí, que no, que caiga chaparrón.... con la letra de esa canción infantil se podría resumir lo que aconteció en el concierto/farra de Ancín.
La incertidumbre nos acompañó hasta el último minuto. Que la furgo está averiada y no se sabe cuándo estará lista, que si se prevén tormentas intensas con intenciones de aguar la fiesta, que si Pilar tiene apalabrada una habitación pero que quizá mejor si Fernan lleva la autocaravana por si acaso... No sabemos qué hacer. El repertorio está ensayado con Nagore pero en vísperas del concierto (sábado 9 de septiembre) no teníamos claro si esa fiesta que queremos ofrecer a Pilar y Andoni, iba a poder llevarse a cabo.
Ni Cami sabía cuánta carne encargar para la barbacoa prometida. Karmina ya se ha caído, la incertidumbre nunca le hizo gracia.. y además las madres lo son para toda la vida. Viernes gugleando. Miramos en los oráculos de Meteonet, Aenet, Tiemponet.. En todos dan posibilidad de tormentas por la zona en la que nos vamos a mover, pero alguno dice que será tarde y además el pastor le asegura a Pilar que será ya entrada la noche, así que a las 11 estamos cargando la furgo que, ¡¡¡por fin!!! (y gracias a la llamada urgente de Fernan) está arreglada (un problema menos).
Cami nos espera en el camping de Acedo con el bañador y el delantal. Fisuras/Lola en su coche, por si hay que salir zingando, Fernan ni caravana ni bici, en el último momento prefiere perderse con su Triumph, Nagore y Mingo en la Transit. Y a las 14.00 todos comiendo, después de un piscinazo reparador, en el bungalow de Cami/Arantxa junto a otra decena de amigos. Pilar y Andoni nos reciben con esa navarridad tan generosa que han adoptado y agrandado. Montamos el tinglado en la terraza-callejón del Iribia, su bar, mientras miramos el cielo. Un ampli aquí, una mirada arriba, donde asoma un poco de viento y el cielo que parece oscurecer detrás de los campos...
Son las 19.00 y no hay marcha atrás. Hacemos la prueba de sonido con un ‘Tienen miedo’ gregoriano/mamarracho. Y algo de eso hay porque cae alguna gota que nos hace recurrir a los toldos de la terraza. Sabemos que es un intento ingenuo ya que, si de verdad cae, ningún toldo nos protegerá. Querer detener con una tirita la hemorragia de un descuartizamiento tailandés. Bueno, hay un deseo claro de llevar adelante el concierto, así que Iñaki rasga el primer acorde de ‘Te vi caminar’, nuestra canción/prueba, el termómetro al que recurrimos para engancharnos al escenario. Parece que, como los indios Arapajoes, hemos invocado a algún dios y la lluvia ha cesado.
Recuerdo, con cierta nostalgia, que esta canción ya la tocamos en el Shangai, la casa donostiarra de Andoni/Pilar, cuando presentamos nuestro primer disco, ‘Lagrimas del Sur’, allá por el final del siglo pasado. Es curioso comprobar cómo hay canciones que hacen de taxistas autistas, que te llevan a lugares y tiempos a los que no puedes volver y de los que no quisiste escapar... Improvisamos con la intro/armónica en ‘Por el placer de verte caer’ y entramos en los temas controlados de ‘Se apagaron las luces del bar’ y ‘Un puñado de canciones’. Respuesta bailona y agradecida del medio centenar de personas que nos ven subidos en la tarima de escasos 50 cm de altura cuando tocamos las rollingstonianas ‘Tina’ (con una parte central medio improvisada) y ‘Tienen miedo’ (especialmente lograda con una renovada energía).
Hay aplausos que suenan de verdad y bailes de camareras/madres de ojos azules y look okupa. Y el agua no aparece ni en los vasos ni en el cielo. Atacamos el set de las canciones del segundo disco: ‘Los caprichos del ayer’ (que presentamos como ese tango que quiso y no pudo ser), la rumbosa ‘Allí naciste tú’ y ‘El aburrido paraíso terrenal’, que últimamente parece que se nos escapa en velocidad incluso aunque el jefe Andoni coja con timidez las maracas. ‘Olvidé’ que se aligera sin la intro, ‘El álbum de mi memoria’ sin el gancho que la hacía imprescindible. Dejamos otra vez ‘Volver al punto donde me perdí’ y ‘Perro fiel’ (hay que mirar el repertorio en esta zona porque son canciones que se anulan sistemáticamente). El baile vuelve con ‘Labios’, y las dos ‘fiestas’ para pasar a la velocidad rockanrrolera de ‘Si quieres o si puedes’ y a la sorprendente ‘Tú decides’, que suena como nunca se había oído. El concierto se ha salvado, tan solo queda ‘No bajes la guardia’ y la posibilidad de un bis en el que tengo reservada una sorpresa a Andoni y sus nostalgias poperas.
Algo que no puede darse porque, en mitad del ‘cuadrilatero’ sonoro que hemos montado, de nuevo se abre el cielo para descargar todas las lágrimas de ese pobre hombre que sobrevive encerrado en sus 30 metros cuadrados recibiendo golpes que no sabe de dónde le vienen.
Terminamos la canción bajo una cortina de agua que cierra el abismo del pequeño tablado y salpica con generosidad entre cables, guitarras, amplificadores y teclados. El material corre peligro y nosotros también. Es lo que tiene unir electricidad y agua, siempre le fue mejor el guisqui y la cerveza. Recogida de urgencia a lugar seguro mientras amaina y podamos transvasar a la furgo...
Y tras la cena llega el desbarre del que Fernan apenas recuerda nada y Nagore todavía busca que un rayo la parta en la oscuridad de la carretera que separan Ancín y Acebo (aunque con lo cabezona que es seguro que antes se parte el rayo que ella). Luego ya fue domingo de resaca y piscina y barbacoa, pero eso fue al día siguiente de la gran tormenta de Ancín....
iraila2023 Enrique Mingo
Fotos y videos en el álbum compartido:
https://photos.app.goo.gl/S1niDRSZioGPJ1Nm7
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