Concierto de Formigal; bajo la mirada de La Foratata
(sábado 9 julio, 19.30 horas)
No hay resaca. Tras la cena y las clases de filosofía para novatos, nos fuimos a sobar.
Al día siguiente el plan inicial comenzaba torcido. Fernan iba mosqueado a la vermutería El Mentidero, en Sallent. Había quedado allí con el dueño para hablar del concierto que debíamos dar a media tarde, pero algo le olía mal porque en sus conversaciones telefónicas sentía que el tío le estaba dando largas, hablándoles de problemas estúpidos... El del Mentidero era eso, un mentiroso. Nos quedábamos sin concierto y de eso nos enteramos a las 11.00 de la mañana. Pintaba muy mal... pero algo mágico debe desprender el aire de la montaña, porque, casi sin darnos cuenta, teníamos la posibilidad de tocar en la misma estación de Formigal.
La relación con Espe, una de las promotoras de la asociación cultural de ese ‘barrio’ de Sallent, nos dio la posibilidad de un concierto “improvisado” en una de las plazas/campas con las que cuenta la estación de esquí. Ya teníamos hora y lugar. Bajo unos enormes pinos y la atenta mirada de la Foratata. Un escenario idílico. En un principio les hubiera gustado que tuviéramos en el repertorio alguna versión de algún grupo reconocido y cantable, digamos un Último de la fila, un Sabina, un Canto del loco... pero no, no tocamos ningún tema que no sea nuestro. Aún así le pedimos que confiara en nuestras canciones, en nuestro sonido de banda.... lo hizo y creo que no se arrepintió, porque desde aquella moqueta de hierba y bajo esos pinos majestuosos, hicimos un concierto redondo.
A una distancia prudencial, gente que llenaba las terrazas de los bares escuchaba y aplaudía. Algún niño bailaba sin las vergüenzas de sus padres... alguna sorpresa sanferminera se unió a la fiesta. Iba sonando contundente el repertorio. Sin altibajos.
El equipo sujetaba lo que en un principio podía parecer difícil: sonar a banda en un espacio tan abierto. Pero ahí aguantaron bien las baladas ‘Fue ayer’ o ‘Un puñado de canciones’, y el suave viento que llegaba de la montaña bailaba con los medios tiempos de ‘Princesa roja’ o ‘Lo que el tiempo no borró’, con la skatalitika y divertida ‘Fiesta al Rojo’, o la country ‘Labios que inventé de madrugada’... Del disco dejamos fuera ‘Volver al punto donde me perdí’, una canción que nos exige más seguridad y confianza para sacarle toda su esencia...
Los riffs psicodélicos de ‘El álbum de mi memoria’ se escaparon por las alturas nevadas y las luces del bar esta vez no se apagaron porque el sol que iba cayendo despacio bailaba y brillaba sobre nuestro rostros, podría también ser una sonrisa... hasta que una nube oscura se lo tragó y nos recordó que estábamos tocando sin techo y que las tormentas del Pirineo son repentinas y brutales.
Final con ‘Te vi caminar’ para dejar el camino bien pisado y abierto a nuevas visitas... Recogida rápida y chistes infinitos de un Faustinez pletórico en una cena inolvidable.
Fotos y videos en el álbum compartido:
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