Contra el frío… MingoFisuras (I)
Dice el refrán que no hay dos sin tres y el Titi se empeñó en demostrarlo. Tras el concierto del día del Pilar (en el que las expectativas de público fueron más altas que la realidad), el Titi quiso que volviéramos a su bar de Escarrilla en el puente de diciembre, cuando nos aseguraba que si nevaba “iba a estar petado”. Además nos proponía que hiciéramos dos conciertos, uno en el bar donde ya habíamos tocado las dos veces anteriores, El rincón d’er Titi, y otro en su bar de Formigal, La Lola y er Titi. La propuesta inicialmente contó con el beneplácito de toda la banda. El humeante calendario de Nagore le dejaba libre el sábado, domingo y lunes (6, 7 y 8 de diciembre) con lo que la posibilidad de tocar sábado y domingo era más que factible y atractiva. En un wasap a principios de noviembre (que le pilló en sus vacaciones tailandesas), el Titi nos reconfirmaba su intención de los dos conciertos. Habría un plan B en caso de que hiciese mucho frío: tocar en el interior en el Rincón y bajo techado en Formingal. Tras varios días de incertidumbre sobre el alojamiento, al final podíamos contar enteramente con el apartamento de Karmina. Fernan no supo hasta la misma víspera que también el suyo de Panticosa estaba libre.
La banda se puso las pilas con las canciones de su nuevo disco, ‘Caiste en la trampa’, que tenía que ser el eje del nuevo repertorio. Jamás Fernan ha pisado tanto el local como en esos dos meses de preparación de los temas. Fisuras, Nagore, Cami y Mingo hacían lo propio en casa. Los miércoles, con puntualidad, se exponían en los ensayos dichos avances. Ocho de las doce canciones que componen el disco cobraban forma con bastante fidelidad a lo que suenan en la grabación. Hay una novena en la que Fernan nos pide paciencia para que pueda encontrar los registros de sintetizador disco que exige ‘Esperando el final’, y se excluye del repertorio. Nagore tan solo ha podido acudir a un ensayo porque anda con un trancazo importante. Como diría alguno de la ribera navarra, “cayó Sansón’. Mingo ha estado probando la furgoneta, intentando descubrir qué le pasa en el arranque, que unas veces va y otras no. El plan está diseñado cuando salimos del ensayo del miércoles: el sábado 8 a las 10 de la mañana todos en el local para cargar y salir hacia Formigal. Fernan se lleva sus teclados en su autocaravana. El jueves Mingo se acerca al local a cambiar las cuerdas de la guitarra y cuando va a coger la furgo ésta no arranca. Imposible. Saltan las alarmas, estamos sin furgo. Fernan se moviliza y empieza a mover ficha con alquileres de furgonetas y demás. Juan, el bro mayor, se ofrece a dejarnos la furgoneta con la que trabaja. Mingo piensa que si no puede solucionar el tema para el sábado prefiere llamar al Titi, contarle lo que pasa y suspender los conciertos. Al día siguiente Mingo y Fernan se ponen las pilas y consiguen que la furgo tenga un nuevo motor de arranque y esté lista para volver a trepar por las montañas pirenaicas…
Parece que a la Transit no solo le han cambiado el motor de arranque porque el viaje que se calculaba entre 3 y 4 horas se hace en 2 y media. Nagore va con la nariz en carne viva de todos los mocos que han pasado por ella. Cumplimos de sobra con el horario previsto y cuando llegamos, sobre las 13.30 horas, aunque no hace un día gélido si que intuimos que la cosa va a cambiar en cuanto anochezca, por eso mientras comemos decidimos que el concierto hay que hacerlo dentro y que podría ser el mismo comedor en el que nos encontramos, una amplia pecera cubierta con un toldo, donde las calefacciones de terraza cumplen su función. El Titi da vía libre a nuestra sugerencia y el montaje va rápido, al igual que la prueba de sonido que nos depara otro inconveniente: no suena uno de los altavoces del equipo. No hay otra solución que sustituirlo por el monitor que Fisuras no utiliza y tratar de corregir esa diferencia de sonido entre los dos altavoces. Mientras tanto Karmina se ha ocupado de hacer compra para las cenas y desayunos de los días siguientes y de recoger a Iciar, que no desaprovecha ni un minuto en su pasión por el esquí.
La idea era comenzar sobre las 18.30 y a esa hora suena el Si desparramado que ha dado comienzo de los últimos concierto de la banda. Hay una veintena de personas viendo, entre ellas alguna cara conocida que se ha venido de lejos para la fiesta. Tras ese ritual que da inicio a la ‘Herida se abrió’ llegan dos temas nuevos, ‘A sus pies’ y ‘Duele’. Suenan bien, aunque puedan desprender un cierto aire de agarrotamiento, prudencia, control o temor a la hora de ejecutarlos. Es la primera vez que suenan en directo y hasta en la pose de banda se impregna esa sensación de algo novedoso. Además, Nagore tan solo los ha ensayado con la banda en una ocasión, incluso hay un par de temas que jamás los han ensayado juntos. Pero curiosamente hay temas ‘viejos’ como ‘Charlie y Laura’ en los que, quizá por exceso de confianza, tienen lapsus increíbles. No obstante, en general el concierto discurre por una senda de buenas sensaciones, de buen sonido, eso es lo que transmiten las caras de quien se encuentra enfrente. ‘Corazón despierta’, la única balada que se ha ensayado del nuevo disco suena con fuerza y justo detrás de ella, como un cañonazo llega el tema que da título al disco, ‘Caíste en la trampa’. Suena con toda la contundencia que se le exige a una canción veloz y guitarrera.
De nuevo una tanda de canciones reconocidas (para nosotros y nuestros fieles); ‘Los caprichos del ayer’, ‘Allí naciste tú’ y ‘Mísero corazón’. Un trío poderoso para dar paso a otro tema nuevo, la funky ‘No encuentras a nadie’. Tras la cambiada ‘Tina’, en la que la armónica encuentra su sitio, llegan otros dos temas nuevos, el medio tiempo folk ‘Diciendo adiós’ y el swing ‘De flor en flor’, que es ejecutado por Nagore por primera vez. La gente que hay en la sala no solo está interesada por lo que escucha sino que está dispuesta a salir de su silla y bailar.
Con ‘No esperas nada’ terminan las canciones de medios tiempos. A partir de aquí, van desfilando las canciones más festivas con la gente dispuesta a dejarse llevar. El inédito rockanroll ‘No me atreví’ (era el otro tema que tocaba por primera vez Nagore) da el aviso de corneta para que suenen ‘Labios’, ‘Fiesta al rojo’, incluso ‘En medio de la tormenta’ que parecía estar abocada a ser un eterno descarte. ‘La fiesta es aquí’, ‘Te vi caminar’… Con ‘Dónde está…’ todo el repertorio va discurriendo con potencia en un territorio ya de sobra conocido, 23 canciones, que ha sonado con fuerza y que ha conseguido levantar al escaso, pero entusiasta, público existente, que sin dejar posar los instrumentos pide los bises para levantar las copas en ‘el Brindis’ y que casi van a ir encadenados a ‘Si quieres o si puedes’, con la otra Nagore como artista vocal autoinvitada, y ‘No bajes la guardia’.
Al final esa veintena de personas, han acabado haciendo la cadeneta y hasta la conga con Cami y Fisuras encabezando la cadeneta... Y salen posibilidades de otros conciertos en boca de inesperados fans, en Zaragoza, en Orio… Decidimos dejar el material y venir al día siguiente. A medio camino, ante la posibilidad de lluvia decidimos, empujados por una Nagore celosa de su batería, volver y recoger los más ‘sensible’ al agua. Y la noche acaba con una ida y vuelta y una cena tranquila en casa, porque al día siguiente hay que seguir combatiendo el frío con la música de MingoFisuras, esta vez en el bar La Lola y er Titi de Formigal.
abendua2025 Enrique Mingo
Fotos y videos en el álbum compartido:
https://photos.app.goo.gl/DRFe311CcF81hx4R8


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